Nuestros olivares discurren entre esta sierra sin igual, corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Y como a cualquier fruto único arropado por un territorio, en este caso nuestros aceites están regados con todos los matices de esta singular Reserva de la Biosfera. Olivares de Cazorla, Chilluévar, Hinojares, Huesa, La Iruela, Peal de Becerro, Pozo Alcón, Quesada y Santo Tomé clavan sus raíces en ese tesoro verde. Precisamente esa identidad de territorio único, donde la campiña se entremezcla con la sierra, es el principal argumento para obtener estos aceites de oliva de magnitud sensorial incomparable.